Las medias de compresión tienen un rotundo éxito entre los corredores. Basta con dar un vistazo en los entrenamientos y las competencias para encontrar a muchas personas con aquellas medias hasta las rodillas, pantalones cortos muy ajustados o remeras con compresión en lugares estratégicos.
Las piezas con esta tecnología (compresión) prometen aumentar el la circulación sanguínea – por lo tanto un mejor suministro de oxígeno – y mejor eficiencia de movimiento, lo que reduce la carga en los músculos utilizados, haciendo que el ejercicio sea menos agotador. Pero, ¿es realmente eficaz este tipo de ropa?
Eso es exactamente lo que Abigail Stickford, del Instituto de Ejercicio y Medicina Ambiental de la Universidad de Texas, decidió investigar. Los científicos evaluaron a 16 corredores de larga distancia, algunos que usaban regularmente medias de compresión y otros que no lo hacían. Durante los estudios, los corredores fueron equipados con monitores y máscaras que medían el progreso en la carrera, el consumo de oxígeno y otras variables, haciendo que se ejercitaran en una cita para correr, cada vez más rápido.
Luego, los corredores realizaron la misma prueba, pero esta vez con medias de compresión. El resultado mostró que los accesorios no han sido eficaces, ya que los corredores no utilizaron menos oxígeno ni mejoraron la biomecánica de funcionamiento con estas medias. La buena noticia, sin embargo, es que tampoco observaron ningún efecto fisiológicos negativos por el uso de prendas de compresión.
Hay expertos que muestran la eficacia de la compresión para el corredor. Esto es porque la presión disminuye el efecto de la gravedad, lo que facilita la circulación sanguínea y de los líquidos linfáticos (ver video debajo). Además, la prenda de compresión disminuye el edema (acumulación anormal de líquido en las cavidades del cuerpo) y la vibración muscular que puede causar fracturas por estrés y tendinitis.
Cabe destacar que esto es sólo un estudio más y la cuestión merece mayor investigación y discusión.
