La posible solución… ejercitarse el fin de semana, para lo cual hay que tener ciertas precauciones. Cuantos de nosotros esperamos el fin de semana para jugar el ansiado partido de futbol o de tenis, para ir a nadar o subir la montaña con la sana intención de mejorar nuestra salud. Parece fácil, nos ponemos los pants, calzamos los tenis y estamos listos, pero en realidad ¿nuestro organismo está preparado para desarrollar actividades físicas extenuantes?
La revista científica New England Journal of Medicine publicó en fecha reciente un artículo sobre el riesgo de sufrir un infarto al miocardio (músculo del corazón) por parte de los deportistas ocasionales, debido a que someten a dicho órgano a una sobrecarga de trabajo en forma repentina. La investigación informa que el peligro de un incidente cardiaco disminuye notablemente si en vez de hacer deporte esporádicamente se hace con regularidad y en forma aeróbica, en otras palabras, realizar actividades que lleven aire a los pulmones, como caminar de manera rápida, correr, remar, brincar la cuerda, nadar, patinar, esquiar, andar en bicicleta y bailar, entre muchas otras.
¿Balón, raqueta o gimnasio?
El mal estado físico que nos dejan sobrepeso, tabaquismo, una alimentación desequilibrada e hidratación insuficiente tendrán consecuencias al momento de la práctica deportiva, y nos referimos en concreto a dolores musculares o articulares y cansancio extremo, como repercusiones mínimas, para luego sufrir lesiones o enfermedades por el esfuerzo desmedido.
Lo más indicado es tomar precauciones, como visitar al médico de confianza para hacer una evaluación que indique la condición física actual, y con ello determinar la intensidad de la actividad que se tenga en consideración. El examen físico contemplará revisión cardiovascular, mediante un electrocardiograma (por medio de electrodos se mide el ritmo cardiaco, el cual se registra en papel para su lectura), a fin de conocer posibles lesiones o mal funcionamiento del vital órgano.
Ahora bien, si a la mala hidratación se suma esfuerzo muscular excesivo, no es raro que se presente un calambre, es decir, la contracción súbita de las fibras de uno o varios grupos musculares. El dolor que genera es intenso pero fácil de controlar, si luego de interrumpir la actividad se procede a estirar el músculo y a darle masaje vigoroso para que la tensión desaparezca; también da buen resultado y reconforta apretar con fuerza la zona afectada, tratando de no dañar o pellizcar la piel. A continuación, el músculo se debe poner en movimiento con suavidad, a fin de prevenir el resurgimiento del malestar, refrescando finalmente la región con agua fría; no es necesario tomar analgésico alguno ni aplicar pomadas o ungüentos.
Si bien se ha dicho que los descuidos en la vida diaria pueden traer consecuencias terribles al deportista de fin de semana, cabe destacar que también estará expuesto a sufrir lesiones, principalmente musculares, por practicar ejercicio físico ocasional. Por ello es de vital importancia realizar calentamiento previo de, por lo menos, 15 minutos, lapso en que se harán movimientos de estiramiento y suave rotación de articulaciones como tobillos, muñecas, rodillas, cintura, cuello y hombros, pues de no ser así aumentará el riesgo de padecer:
Torceduras
Afectan a los tejidos que cubren las articulaciones como consecuencia de movimientos circulares forzados, llegando a dañar a los ligamentos cruzados (elemento de la articulación que permite el movimiento y que se ubica en la parte posterior de la rodilla). Son comunes dolor en la zona, inflamación, incapacidad de movimiento e incluso sensación de calor, para los cual se recomienda la aplicación de hielo (disminuye la hinchazón) y posteriormente antiinflamatorios, analgésicos y medicamentos de acción rubefaciente (tienen la propiedad de enrojecer la piel, provocando sensación de calor para disminuir las molestias), además de reposo.
Fracturas
Ruptura total o parcial de un hueso, producida por golpes o caídas muy fuertes o bien por contracción violenta de un músculo; son comunes entre los practicantes del futbol, artes marciales y otros deportes de contacto. Existen dos tipos: las cerradas, en las que el hueso se rompe y la piel permanece intacta, y aquellas en las que la herida está abierta y el hueso fracturado se desplaza hacia el exterior; cuando el hueso se rompe en varias fracciones puede tener ambos tipos de fracturas, siendo por ello considerada múltiple.
Tendinitis
Su nombre proviene de la inflamación de los tendones, que son como cuerdas mediante las cuales los músculos se insertan en los huesos; se presenta como consecuencia de los movimientos bruscos que realizan, y es común en codos, hombros, rodillas y tobillos, siendo los practicantes de tenis, nadadores y pesistas quienes en mayor número la padecen. Esta lesión produce intenso dolor que suele remitir por algunos días a reposo, antiinflamatorios y analgésicos.
Lumbalgia
También se le conoce como dolor de espalda y a menudo es consecuencia de estiramiento excesivo o contracción de uno o varios músculos. La dolencia es casi inmediata y puede prolongarse por varios días, dificultando sentarse, inclinarse o caminar. Para ayudar a eliminar las molestias y facilitar el movimiento se recomiendan compresas calientes en la región, reposo y administración de analgésicos, antiinflamatorios y rubefacientes; si el dolor se prolonga por más de tres días, será necesario acudir al médico a revisión, pues puede tratarse de un problemas mayor, por ejemplo, de la columna vertebral.
Es cierto que el ejercicio es benéfico para la salud por donde quiera que se le vea, pero lo ideal es que la actividad se desarrolle con regularidad, diariamente, o al menos cada tercer día, y no solamente durante el fin de semana. Así que mucho cuidado, tome en cuenta nuestras recomendaciones y obtendrá grandes satisfacciones.
FUENTE: https://bit.ly/2JAZ0hz