Los meniscos son dos estructuras cartilaginosas que están dentro de la rodilla, localizados entre la tibia y el fémur. Tienen una forma triangular, superficie lisa y actúan como una especie de “amortiguador”, evitando el “deslizamiento” del fémur fuera de la rodilla.
Además de eso, absorber impactos, contribuir con la estabilidad de la articulación de rodillas, ayudar en la lubricación, proteger el cartílago y mejorar el movimiento son algunas de las funciones importantes de los meniscos.
Cada rodilla tiene dos meniscos (medial y lateral), divididos en tres partes: cuerno anterior, cuerpo y del cuerno posterior. Son resistentes y elásticos justamente para ayudar a amortiguar la articulación y mantenerla estable.
¿Por qué el dolor?
Los meniscos se inflaman. Lesionados, quedan sueltos dentro de la articulación, golpeando el hueso o el músculo, lo que causa un fuerte dolor. Los síntomas de una lesión en la zona son: dolor en la rodilla, hinchazón, dificultades para apoyar el pie, la limitación de la flexión-extensión y, en la lesión más grave, bloqueo articular y e impedimento completo de movimiento.
Tipos de lesión
El mecanismo más común de lesión en los meniscos se da por medio de un traumatismo indirecto, esguince de rodilla (sin contacto directo) o por un traumatismo directo. El menisco también puede sufrir a lo largo del tiempo por sobrecarga, inestabilidades no tratadas, la osteoartritis u otros procesos degenerativos.
Cada caso debe ser analizado de forma individual, ya que son lesiones estables e inestables. Idealmente, el paciente siempre tiene a la mano, además de la radiografía, la resonancia magnética y lo más importante, pedir a la clínica de radiología grabar los exámenes en un CD, de esta manera el médico puede evaluar con mucha más precisión si la lesión necesita o no tratamiento quirúrgico.
Tratamiento
La fisioterapia es siempre la primera opción al momento de elegir un tratamiento para la lesión en el menisco, pero no puede tratar los meniscos directamente, ya que duelen. Se pueden tratar los síntomas que causan dolor (pero eso no resolverá totalmente el problema). Sólo después de la mejoría del dolor, estabilizar la rodilla es esencial. Este tratamiento se centrará en la rodilla y fortalecimiento de los muslos y la cadera, así como en corregir la mecánica del movimiento.
Para aquellos que sufren con el problema, cambie el tipo de movimiento es fundamental. Lo ideal es que el corredor aprenda a usar más los músculos de la cadera (cuádriceps), ya que ayudan a estabilizar el cuerpo durante la corrida. Según los expertos, si después de 10 sesiones de fisioterapia (en promedio) no hay mejoría en el dolor y la lesión en el menisco, se recomienda a la operación.