No hay necesidad de mojarse entero a la hora de hidratarse durante la carrera. Con técnicas simples, disfrutás mucho mejor del agua suministrada. Mirá
¿Quién no se ha enfrentado a la siguiente situación?: estás en medio de una carrera de calle, haciendo todo lo posible, y a tal cantidad de kilómetros pasás por un punto de hidratación, tomás un agua (o una bebida isotónica), y cuando vas a beber, derramás más de la mitad y no conseguís hidratarte como debe ser. O bien, la agarrás y tratás de beber, pero terminás empapando los ojos y el resto de la cara, menos la boca. Mojarse por completo no es necesario.
Esto es común entre los corredores. Pero hay tácticas simples que podés utilizar a tu favor para que la hidratación se realice de forma correcta. Los siguientes consejos deben ser probados y entrenados a diario, para que en el día de la carrera se convierta en lo más simple y mecánico posible:
1. Apretá y doblá
Durante la carrera, si bebés en vasos de plástico o cartón, apretá los pliegues de la boca, disminuís la abertura y es más fácil de llevar a la boca, sin desperdiciar agua o isotónico.
2. Tapa sellada
Cuando bebés en potes de agua con cubierta de aluminio (los que vienen sellados, en Argentina no son comunes pero sí en carreras en otros países), hacé un pequeño agujero en la tapa con el dedo índice para facilitar la hidratación y no desperdiciar el agua.
3. Bebé después de la expiración
Cuando se bebe corriendo, suelen ahogarse por ser imprudentes y beber toda la cantidad de líquido en un solo trago. Para evitar este percance, tomá un sorbo después de soltar el aire. Nunca inhalar y beber de inmediato. Entrenar bien esta técnica antes de la carrera resultará ventajoso. Lo ideal es convertirlo en un hábito.
4. Reducí la velocidad
Dependiendo de la prueba, principalmente en las más largas donde el ritmo es más lento y la hidratación esencial, disminuí ligeramente el ritmo o trotá durante unos segundos a la hora de hidratarte.