CORRER ES CONSCIENCIA
Vivir es estar en lo que los orientales llaman el aquí y ahora. Correr con los cinco sentidos realmente abiertos, sintiendo absolutamente todo lo que sucede, tanto en nuestro interior como en el exterior, puede hacer que los comportamientos mecánicos que realizamos a lo largo del día vayan disminuyendo y se conviertan en pequeños momentos de vida, donde los que actuamos somos nosotros mismos y no nuestro cerebro con los comportamientos aprendidos a lo largo de nuestra vida. Es tomar las riendas de nuestras acciones. Cuando estamos totalmente presentes en el ahora, somos nosotros los que decidimos, los que actuamos, los que hablamos y podemos dejar de lado todos aquellos personajes que utilizamos en nuestra vida diaria que solo están haciendo eso, actuar.
CORRER ES RESPIRAR
Respirar es la diferencia entre estar vivo o muerto. Por lo tanto su importancia es increíble. Es lo que nos conecta con nosotros, con nuestra esencia como persona, como atleta, como pareja, como padre/madre, como hijo/hija, etc. Respirar de forma completa, aprovechando toda nuestra capacidad pulmonar, puede provocar cambios en nuestro cerebro, nos da serenidad y nos permite tomar decisiones desde la calma y la tranquilidad. Aprender a respirar para correr es aprender a respirar en cada momento del día. Ser conscientes de la respiración, del simple hecho de sentir y observar cómo el aire entra y sale de nuestro cuerpo, nos trae de inmediato a la realidad en la que estamos viviendo y nos permite entrar en estados de consciencia favorables para vivir.
CORRER ES PENSAR
El presente del verbo creer es “Yo creo”. El presente del verbo crear es “Yo creo”. Todo aquello que creemos, lo creamos, es decir, somos los constructores de nuestra propia vida. Somos arquitectos de todas aquellas cosas que deseamos en nuestra vida. Un pensamiento negativo puede llegar a destruir cualquier sueño que podamos tener o desear. Sin embargo, un pensamiento positivo puede llevarnos a disfrutar del elixir de los sueños conseguidos. Esos pensamientos que hemos podido admitir cuando hemos estado cansados, agotados, vacíos y nos han llevado a abandonar nuestra actividad, pueden positivarse con un sistema de creencias poderoso y coherente. Generar pensamientos del tipo “yo puedo”, “soy capaz” o “soy importante”, por el simple hecho de tenerlos, podemos aprovecharlos para poder crear lo que realmente queramos, tanto mientras corremos como mientras vivimos. Pensamientos que nos generen ilusión, confianza en nosotros mismos, que nos hagan valorar nuestras capacidades pueden servirnos como plataforma de lanzamiento hacia el éxito que pretendemos en nuestras actividades de cualquier tipo.
CORRER ES COMUNICAR
Buscar las palabras exactas para tratar de decir realmente lo que queremos es un arte que vale la pena entrenar a diario. El poder de las palabras es tan grande que puede llegar a modificar ciertos comportamientos y actitudes, puede actuar de forma positiva en nosotros, pero también puede activar el núcleo del miedo. Y para nosotros, que cuando vamos corriendo no paramos de hablarnos, es necesario que lo utilicemos para conseguir aquello que deseamos. A través del lenguaje generamos compromisos y acciones, estados de ánimo y emociones y, también, abrimos nuevas posibilidades para la acción. Por lo tanto, tenemos que ser cautos con aquello que nos decimos y las palabras que utilizamos para ello. Estas nos pueden poner en órbita o pueden pararnos definitivamente. Hablarnos de forma amable, positiva, dándonos confianza y valía nos llevará a los lugares que hayamos previsto. Decirnos palabras culpabilizadoras, castigadoras y poco amables nos llevarán, sin embargo, a realizar acciones que no nos mostrarán ningún lugar. En nuestras relaciones con el resto de la humanidad, estas lecciones que podemos experimentar mientras corremos son perfectamente extrapolables y tienen grandes efectos en los que nos rodean, ya que actúan hacia los demás de la misma forma que en nosotros.
CORRER ES COMPARTIR
Encontrar un compañero que comparta nuestra afición por correr, que nos acompañe, que esté a nuestro lado, que nos anime, que nos cuide, que nos motive, que nos quiera de verdad, que nos haga sentir importantes y valiosos y que nos demuestre ese cariño cada vez que salimos a correr tiene unos beneficios incalculables. El poder curativo y sanador del cariño puede parecer increíble, pero cuando alguien experimenta que con otra persona al lado es capaz de conseguir verdaderos sueños imposibles, tiene que empezar a plantearse que algo tendrá de mágico eso del cariño, eso del compartir. Mostrarlo y ofrecerlo a las personas que tenemos cerca, en nuestro día a día, puede resultar enriquecedor tanto para el emisor como para el receptor y puede conseguir que alcancemos esos kilómetros más de camino que en soledad nos pudieran parecer imposibles. Esa puede ser una gran lección que podemos aprender para vivir consiguiendo retos y superándolos cada vez que sea posible.
CORRER ES ATREVERSE
Somos capaces de hacer grandes hazañas, nos damos cuenta de nuestra evolución como corredores cuando miramos atrás y nos reconocemos en aquel tiempo que empezábamos a correr, tomamos decisiones arriesgadas en muchas ocasiones, nos planteamos retos que pueden parecer imposibles, nos adaptamos a todas las circunstancias que se nos presentan. Todo ello lo hemos conseguido porque hemos decidido salir de nuestra zona de confort, hemos decidido dar un paso adelante, salir de nuestra rutina diaria, porque nos hemos atrevido a hacer algo nuevo, diferente. Nos hemos atrevido a salir del círculo donde estamos seguros y dominamos todas las situaciones. Porque hemos aprendido que para vivir hay que salirse de esa zona de confort, experimentar todos los momentos, las sensaciones, las emociones, el vértigo que produce una propuesta imposible, la satisfacción de conseguir grandes metas. Eso nos hace sentir tan vivos y tan importantes que sentimos que hay que transmitirlo, contarlo y ayudar a otros a que se atrevan a salir de sus estructuras, de sus normas, a dejar sus miedos, sus seguridades, porque hemos comprobado que vivir peligrosamente nos lleva a tener una calidad de vida espectacular. Una gran lección de un valor indescriptible.
CORRER ES CREATIVIDAD
La necesidad de explorar en nuestras sensaciones mientras trotamos cada mañana, de escuchar las reacciones de nuestro cuerpo, de forzar la máquina hasta umbrales desconocidos, de experimentar la forma física, de desarrollar técnicas para sacar ese algo más de nuestro cuerpo, etc. fomenta nuestra creatividad, nuestro talento y nuestras capacidades. Explorar nuestro mundo de corredor, estar atento a todo lo que nos sucede, aprender de las sensaciones y experiencias y aumentar nuestra creatividad son consecuencias lógicas que genera nuestro cerebro cuando necesita adaptarse a nuevas situaciones, a nuevos retos, a nuevas metas. Nosotros siempre estamos pensando en ese algo más, después de una prueba de 10km, sentimos la media y acabamos en Nueva York, por no seguir con la ultramaratón o el ironman. Sabemos por experiencia que la creatividad es básica y fundamental. Enseñar a los niños que empiezan en la vida a fomentar esta cualidad, para que experimenten sus talentos y capacidades es algo que no debemos dejar en el tintero para un futuro, sino que podemos empezar ahora, aquí.
CORRER ES RESPONSABILIDAD
Buscar las oportunidades, encontrar nuevos caminos, nuevas sensaciones, generar pasión e ilusión es algo que se hace desde la responsabilidad individual, desde ese lugar en el que entendemos que lo que sucede es siempre responsabilidad nuestra. Hemos aprendido que echar la culpa a los demás, al tiempo o a las circunstancias de lo que nos sucede no nos lleva a ningún lugar, no nos lleva a alcanzar nuestras metas. Hemos aprendido que sólo se logran todos los objetivos desde asumir nuestra responsabilidad, nuestras decisiones en cada situación. Que en el camino sólo vale cargarse de ilusión y enfocarnos en lo que nosotros queremos conseguir, pase lo que pase. Y vale la pena compartir esa responsabilidad individual y tratar de enseñar a los que amamos que nada de fuera de nosotros va a venir a sacarnos las castañas del fuego, nadie, salvo nosotros, vamos a ser capaces de ir a los lugares que soñamos. Hacer responsables a los demás de todo aquello que no conseguimos es una pérdida de tiempo y energía que sólo conseguirá hacernos olvidar nuestra alma de corredores.
CORRER ES DISFRUTAR
Hemos experimentado la felicidad. Esa felicidad que producen las endorfinas cuando se expanden por todo nuestro cuerpo. Nos hemos hecho adictos a las mismas y ahora no podemos dejar de sentir esas sensaciones. Ahora sabemos que todo ello nos genera estados de ánimo saludables y enriquecedores, tanto para nosotros como para los que nos rodean. Pero también encontramos otras formas de generar esas endorfinas, reírnos consigue algo similar. Ayudemos a todos a buscar todas las formas, los métodos y caminos para reírnos, para disfrutar de todo lo que hacemos y hacen. Es la mejor herencia que podemos dejar a aquellos que queremos y nos quieren, el mejor aprendizaje, la mejor escuela.
CORRER ES PODER
Se ganaron los mundiales de fútbol bajo un solo eslogan: “¡Podemos!”. Cuando corremos nosotros sabemos que podemos conseguir grandes logros. Esto nos ayuda en la vida a tener la misma actitud que cuando corremos y aplicamos aquello que aprendemos prácticamente de forma inconsciente, porque generalmente vamos consiguiendo aquello que nos proponemos. Eso nos hace sentir nuestra fuerza y nuestro poder. Y todo eso porque, un día, abrimos la puerta de casa, nos pusimos unas zapatillas y empezamos a juguetear con los kilómetros y los caminos… Con estas lecciones que aprendemos mientras corremos estoy seguro de que la vida puede tener significados diferentes a lo que mis hijas aprenden en la escuela. Estoy convencido de que enseñar estos conceptos y transmitirlos adecuadamente a nuestros hijos puede ayudar a desarrollar personas desde conceptos por lo que vale la pena vivir.