Gran parte de las veces, seguir el entrenamiento de corredores profesionales despierta una cierta curiosidad. ¿Cómo es que están siempre en buen estado, felices y corriendo a buen ritmo? La verdad es que esa buena apariencia es, ni más ni menos, que el fruto de hábitos de entrenamiento que le dan al atleta la inmunidad contra el cansancio extremo durante la práctica deportiva. Sobre todo, cuando hablamos de corredores exitosos.
La buena noticia es que muchos de esos hábitos pueden ser practicados por personas comunes, que estén en la búsqueda de ser más rápidos, saludables y felices. Al fin y al cabo, ¿quién no quiere esto?
1. Consistencia en el entrenamiento
El mejor camino hacia el éxito no siempre está en los entrenamientos largos o de pasadas. La idea tiene que ser valorar el trabajo a largo plazo, mes tras mes. Es importante mantener también un registro de cómo fue tu entrenamiento -no sólo la distancia y el ritmo, sino cómo te sentiste y dónde corriste. Sólo así podrás alterar tu entrenamiento para hacerlo más consistente.
2. Calentar de forma adecuada
Esta es básica: un calentamiento adecuado te ayudará en la performance del entrenamiento, disminuyendo las posibilidades de lesión y haciéndote sentir mejor cuando empezás a correr.
3. Dosificar el esfuerzo
En los entrenamientos de un corredor exitoso, existen los días tranquilos y los días agotadores. Por eso es importante que sepas cuándo precisás esforzarte más y cuándo precisás descansar. Distinguiendo los entrenamientos entre difíciles y fáciles, te enfocás en tu forma física un día y recuperás de la manera correcta al siguiente. Arriesgar algo más cansador en un día que debería ser tranquilo aumenta el riesgo de lesiones.
4. Atento a la recuperación
Hablando de días agotadores, son estos los que precisan estar seguidos de un descanso apropiado. A largo plazo, tu cuerpo no se adaptará al entrenamiento si no se descansa lo suficiente. Y las dos mejores formas de recuperarse del esfuerzo son tener una buena noche de sueño y, eventualmente, tomarse unos días libres.
5. Concentrarse en ganar fuerza
Normalmente, los corredores que tienen un historial pequeño de lesiones no sólo se concentran en ganar resistencia durante el entrenamiento, sino también en ganar fuerza. Músculos más fuertes pueden ayudarte a mejorar la postura al correr y, principalmente, a soportar mejor los impactos de las zancadas.